martes, 26 de mayo de 2009

Lester Burnham

Posted on 26.5.09 by Rafael Huete

Personaje: Lester Burnham.

Intérprete: Kevin Spacey.

Película: American Beauty.

Director: Sam Mendes.

En 1999 uno de los mejores directores actuales decidió rodar su ópera prima. Imagino que en ese momento Sam Mendes no intuía la repercusión que tendría American Beauty y del cartel de "azote de los cimientos corrompidos de la sociedad americana". Y lógicamente, si algo se asienta sobre bases que se desmoronan al más mínimo contratiempo, lleva inexorablemente al fracaso, al abismo, a la derrota. En esta cinta no hay escapatoria para ninguno de sus personajes, no hay una ventana abierta a la felicidad. Todo es fachada y pose, buenas maneras de puertas afuera, pero el núcleo familiar está podrido (tema que luego recuperaría en Revolutionary Road). En la película todos los personajes están magistralmente dibujados, incluso puede que haya algún que otro tic excesivo pero que sirve para mostrar la complejidad personal de cada uno de manera más clara y transparente. Pero si un personaje encarna en American Beauty la derrota y el hastío vital, ese es el cabeza de familia Lester Burham.





Cuarentón, casado con una auténtica arpía, una hija que pasa de él, un trabajo monótono y que no le gusta, con unos vecinos a cual más excéntrico, amigo de un chaval bastante raro, objeto sexual de una niñata adolescente, y algo importantísimo y que marca toda la película: cuando Lester Burnham nos narra su historia, nos pone sobre aviso desde el principio, él ya está muerto. Es decir, Mendes traza el relato como ya lo hiciera el genio Billy Wilder en la maravillosa El Crepúsculo de los Dioses. Pero para añadir una curiosidad más a la vida de Lester, hay que diferenciar en qué consiste su derrota. Porque su derrota es en vida, pero no cuando está muerto. Vivo, reconoce que solo encuentra consuelo en el momento en el que se masturba en la ducha, pero cuando su tono de voz y sus expresiones toman un tono vital, es cuando está muerto. Curiosa paradoja.

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