Con el debido respeto

Para empezar esta minisección bloguera, que mejor que hacerlo con las cinco mejores películas que en mi opinión han ganado el Oscar en estos casi 35 años. Aviso que el orden no es necesariamente ese porque todas me parecen espléndidas.

3ª El Cazador.

4ª Sin Perdón.

5ª Million Dollar Baby.

Alguien voló sobre el nido del cuco la coloco la primera porque es de mis películas favoritas. Y lo es por varias cuestiones. Es una cinta que te toca el alma, que te coge de la pechera y te agita para que te cuestiones qué es realmente el estar loco y quién verdaderamente está loco. Cuando el personaje de Jack Nicholson, Murphy, llega a ese manicomio de aire mortecino, supone un soplo de aire fresco para los internos, una pandilla de desequilibrados deliciosos que sufren los aires reprimidos de la enfermera Ratched, autoritaria hasta el punto de dar miedo (uno de los mejores personajes malos de la historia). Con la llegada de este nuevo interno, la irritante enfermera ya tendrá un nuevo objetivo: acabar con la vitalidad que a todos imprime y los cuestionamientos que de sus métodos hace Murphy.

La Lista de Schindler me parece la mejor película de Spielberg. No se puede discutir la capacidad de este director para hacer grandes películas taquilleras, pero esta cinta tenía un componente que no tenía el resto de su filmografía: compromiso. El compromiso con su pueblo, el judío, y la necesidad que él tenía de contar uno de los mayores genocidios de la historia. La película es prácticamente una obra maestra y nada más estrenarse ya se convirtió en un clásico. A destacar, más allá de los personajes de Liam Nesson y Ben Kingsley, la inconmensurable y aterradora actuación de Ralph Fiennes como oficial jefe del campo de concentración. Por otro lado, El Cazador es la película de la amistad por excelencia. De cómo la atrocidad de la guerra puede romper lo que parecía imposible: los lazos de amistad de tres amigos. El duelo interpretativo final entre De Niro y Walken pone los pelos de punta.

Curiosidad o no, las dos películas que faltan. Sin Perdón y Million Dollar Baby son del mismo director: Clint Eastwood. La primera es un western crepuscular apoteósico y reivindicativo del único género verdaderamente originario del cine, en el que Eastwood nos retrata la última acción conocida de un antiguo forajido, en el que une la amistad, la justicia y la venganza. La segunda es simplemente extraordinaria, una historia sobre la redención, la fe, las ganas de luchar y vivir, y de pelear por un sueño. Esa redención está representada en el personaje de Frankie, un veterano entrenador de boxeadores sin más aspiración en la vida que dirigir su viejo gimnasio, hasta que llegan esas ganas de luchar y vivir encarnadas en Maggie Fitzgerald, que aporta luz a esa oscura y vacía vida del anciano entrenador.

Próximo post: Películas que quizás no merecían haber ganado el Oscar.