jueves, 31 de julio de 2008

Los residuos del Grunge

Posted on 31.7.08 by Rafael Huete

Poner fechas al inicio de un movimiento siempre es difícil, pero aún así se ponen. Es lo que se llama el "inicio oficial", término que no acabo de entender pero que ahí está. Se dice que el "inicio oficial" del punk es en 1977, con el lanzamiento de Sex Pistols, aunque años antes ya hubiera algunos grupos experimentando en garajes neoyorkinos. Pues bien, según estos parámetros de datación, estos días se cumplen 20 años de uno los movimientos musicales, culturales y estéticos más importantes de la segunda década del siglo XX: el grunge. Pero yo no voy a hablar de ese "inicio oficial", ni de su esplendor, ni siquiera me extenderé hablando de Nirvana, sino que lo haré escribiendo de su "fin oficioso", que eso sí está claro que lo tiene.



Cinco grandes bandas fueron las que dieron lustre al grunge, y esas mismas cinco bandas fueron las que marcaron el principio del fin de este estilo. Por orden de fundación, son: Soundgarden (1984), Screaming Trees (1985), Nirvana y Alice in Chains (1987) y por último Pearl Jam (1990). Sin lugar a dudas la banda que más influyó y que más presencia dio al grunge fue la liderada por Kurt Cobain, de ahí que tras su muerte en 1994, el género empezara a caer de forma estrepitosa. En los felices primeros años noventa, todo era reconocimiento, aplausos y ventas de discos, después vendría el batacazo. Cobain era mucho más que un cantante, era un icono y un modelo, que tras su muerte, se convirtió en mito. El 5 de abril no solo murió Kurt Cobain, sino que también perecieron las esencias "grungísticas".



Con Nirvana fuera de juego, ninguna banda supo tomar su testigo para revitalizar al género. Todo lo contrario. Iban apareciendo bandas que cada vez se alejaban más del grunge y se acercaban más a lo comercial. Por contra, otros estilos como el indie americano o el brit-pop, en plena pujanza con Pulp, Oasis, etc., se afianzaban en las listas de ventas. Los otrora aplaudidos, ahora eran vistos con cierta distancia. Pearl Jam tiene que suspender algunas giras. Alice in Chains da sus últimos coletazos con su líder, Layne Staley, en un estado lamentable de salud debido a sus problemas con las drogas. En 1996, como consecuencia de un choque insoportable de egos entre Chris Cornell y Kim Thayil, Soundgarden también se separa. El último disco de Screaming Trees fue publicado en 1997, y tras un deplorable número de copias vendidas, deciden separarse.



De aquel magnífico quinteto, aunque Alice in Chains han decidido reunirse de nuevo para una gira, solo sobrevive Pearl Jam, con Eddie Vedder a la cabeza. Pero su permanencia en lo más alto de la música no les ha salido gratis. Tras la caída del grunge, tuvieron que "reinventarse" y romper un poco con su antiguo estilo, aunque ciertamente suenan igual de bien que antes. Hoy por hoy, para todos aquellos amantes de grunge, el panorama es para echarse a llorar. No hay ni un solo grupo, de los que se incluyen en este estilo, que tenga un mínimo de parecido con aquellos años dorados, porque salvo los citados Pearl Jam, nada merece la pena. Mudhoney saca discos de vez en cuando, los Walkabouts siguen por ahí, Audioslave, fundado por Cornell, tampoco está mal, y poquito más.




20 años han pasado desde los primeros albúmes publicados a Nirvana o Soundgarden. De estas dos décadas, solo 8 años han merecido la pena, los que van de 1988 a 1996, pero esos años consiguieron que un estilo que nació en Seattle, se importara a todo el mundo. Esos años consiguieron que la gente llevara camisas de franela, pantalones vaqueros rotos y se pusieran de moda las Converse. Esos años consiguieron que miles de jóvenes lloraran la muerte de Kurt Cobain, se estremecieran con la voz de Eddie Vedder y disfrutaran con las melodías de Soundgarden. Esos años consiguieron hacer ver "su realidad" a la llamada Generación X, a aquellos que decían estar hartos de la sociedad consumista y materialista. Pero por encima de todo, esos años nos dieron algunas de las mejores piezas musicales de los últimos 30 años.

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