Con el debido respeto

...Mil años de oración de Wayne Wang. Ya lo decíamos en el anterior post que esta cinta gustó mucho a la crítica y al público que se dió cita en San Sebastián. Quizás lo más anecdótico de la recogida de la Concha de Oro fue el saludo entre el hongkonés y Paul Auster, que andaban peleados desde que hace siete años colaboraran en un proyecto conjunto.

La nota (positiva) española la pusieron tanto Blanca Portillo y Gracia Querejeta. La primera consiguió la Concha de Plata a mejor actriz por la película Siete mesas de billar francés. Lo ganó contra todo pronóstico, porque las quinielas apuntaban hacia su compañera de reparto Maribel Verdú. La directora vasca se hizo con el premio al mejor guión original, también por la cinta Siete mesas de billar francés, compartido con John Sayles, que lo recibió por el guión de su película Honeydripper.

Desde la distancia, y en mi opinión, creo que este año el festival ha sido impecable. Unas películas, a priori buenas, con grandes estrellas invitadas (Cronemberg, Mortensen, Samuel L. Jackson, Richard Gere, Liv Ullman, Demi Moore...) y con una puesta en escena más que correcta, por lo que creo que San Sebastián no tiene nada que envidiar a festivales como Cannes, Venecia o Berlín.

Palmarés del 55 Festival de San Sebastián:

-Premio especial del jurado: Buda explotó por vergüenza, de Hana Makhmalgaf.

-Concha de plata al mejor director: Nick Broomfield, por Battle for Haditha.

-Concha de plata a la mejor actriz: Blanca Portillo, por Siete mesas de billar francés.

-Concha de plata al mejor actor: Henry O., por Mil años de oración.

-Premio del jurado a mejor fotografía: Charlie Lam, por Ceot oi kap gei / Exodus.

-Premio del jurado a mejor guión: Gracia Querejeta, por Siete mesas de billar francés; John Sayles, por Honeydripper.

Agradecimientos: Todo mi agradecimiento para Erika y Miriam, sin cuyos aportes, notas y opiniones desde San Sebastián, no habría podido escribir estas entradas sobre el festival de cine de San Sebastián. Ekerriskasko.