Con motivo del Festival Internacional de Cine de Gijón y al escribir sobre este tema, estos días no he opinado sobre otras cosas, por eso me gustaría hacer un "post resumen" de algunos asuntos que han ido apareciendo en los medios y que me merecen alguna reflexión. En esta entrada comentaré algo de la UE y de la situación de Haidar y el Sahara.
En primer lugar la designación de las personas que ocuparán a partir del 1 de enero los nuevos cargos eurocomunitarios tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Así tenemos que los dos cargos más importantes en la nueva configuración europea, van a ser dos figuras y dos políticos con menos peso que el ala de una mosca. El señor Van Rompuy será el Presidente de la UE ni más ni menos. Traducido quiere decir que será Presidente de la Nada. O si se quiere Presidente de un algo todavía sin definir, con una política sin determinar y con unas funciones consistentes sobre suelos de humo. La Alta Representante de la UE para la Política Europea será Catherine Ashtor. Británica. Es decir, que la persona que dirigirá la diplomacia europea será una señora que pertenece al país más euroescéptico de toda la CEE, y que, si todo va como parece y gana David Cameron las próximas elecciones en el Reino Unido, mantendrá una política más hostil hacia la UE. Resumiendo. Con el Tratado de Lisboa se pretendía dar a la UE un aire más independiente y que fuera algo más que un conjunto de países que se reunía cada cuatro meses. Pues no se ha conseguido. El Presidente ha sido puesto por Francia y Alemania y la Alta Representante es un pago al Reino Unido por unos favores nunca prestados y que su único bagaje es el de ser socialista y mujer.
Otro asunto que colea estos días es el de la situación de Aminatu Haidar, activista saharaui en huelga de hambre porque no puede regresar a su país tras la expulsión de Marruecos y la inacción de España. La situación del pueblo saharaui siempre me interesó, como se ha dejado patente en otras ocasiones en este blog, porque me parece que con esa pobre gente se ha cometido una de las mayores injusticias y atrocidades de la historia, y el asunto de Haidar es uno más de tantos. Desde nuestra salida del Sahara, a prisa y corriendo, huyendo porque las minas de fosfato ya no eran rentables, y porque los marroquíes, conscientes de que Franco estaba a punto de espicharla, iniciaron la marcha Heineken (también conocida como la marcha verde), ocuparon unos territorios que por legitimidad le correspondían a los saharauis. No a España o a Marruecos, al pueblo saharaui. Pues bien, tras más de 30 años de dominio alauita, de tener que marcharse de sus tierras a campos de refugiados de Tinduf (en Argelia), de un pasotismo extremo de todos los gobiernos españoles en estos años, tenemos la historia de Aminatu Haidar y ahora todos nos llevamos las manos a la cabeza y nos volvemos muy solidarios con el Sahara y muy críticos con España (aunque nuestro país le ha ofrecido alternativas y ella ha dicho que no a todas), y que hay que ver que pobre mujer y qué va a ser de ella. Pues claro que pobre mujer, y pobre saharauis que sin comerlo ni beberlo llevan más de seis lustros sufriendo un castigo y unas injusticias que hasta ahora han interesado muy poquito entre la opinión pública.
En primer lugar la designación de las personas que ocuparán a partir del 1 de enero los nuevos cargos eurocomunitarios tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa. Así tenemos que los dos cargos más importantes en la nueva configuración europea, van a ser dos figuras y dos políticos con menos peso que el ala de una mosca. El señor Van Rompuy será el Presidente de la UE ni más ni menos. Traducido quiere decir que será Presidente de la Nada. O si se quiere Presidente de un algo todavía sin definir, con una política sin determinar y con unas funciones consistentes sobre suelos de humo. La Alta Representante de la UE para la Política Europea será Catherine Ashtor. Británica. Es decir, que la persona que dirigirá la diplomacia europea será una señora que pertenece al país más euroescéptico de toda la CEE, y que, si todo va como parece y gana David Cameron las próximas elecciones en el Reino Unido, mantendrá una política más hostil hacia la UE. Resumiendo. Con el Tratado de Lisboa se pretendía dar a la UE un aire más independiente y que fuera algo más que un conjunto de países que se reunía cada cuatro meses. Pues no se ha conseguido. El Presidente ha sido puesto por Francia y Alemania y la Alta Representante es un pago al Reino Unido por unos favores nunca prestados y que su único bagaje es el de ser socialista y mujer.
Otro asunto que colea estos días es el de la situación de Aminatu Haidar, activista saharaui en huelga de hambre porque no puede regresar a su país tras la expulsión de Marruecos y la inacción de España. La situación del pueblo saharaui siempre me interesó, como se ha dejado patente en otras ocasiones en este blog, porque me parece que con esa pobre gente se ha cometido una de las mayores injusticias y atrocidades de la historia, y el asunto de Haidar es uno más de tantos. Desde nuestra salida del Sahara, a prisa y corriendo, huyendo porque las minas de fosfato ya no eran rentables, y porque los marroquíes, conscientes de que Franco estaba a punto de espicharla, iniciaron la marcha Heineken (también conocida como la marcha verde), ocuparon unos territorios que por legitimidad le correspondían a los saharauis. No a España o a Marruecos, al pueblo saharaui. Pues bien, tras más de 30 años de dominio alauita, de tener que marcharse de sus tierras a campos de refugiados de Tinduf (en Argelia), de un pasotismo extremo de todos los gobiernos españoles en estos años, tenemos la historia de Aminatu Haidar y ahora todos nos llevamos las manos a la cabeza y nos volvemos muy solidarios con el Sahara y muy críticos con España (aunque nuestro país le ha ofrecido alternativas y ella ha dicho que no a todas), y que hay que ver que pobre mujer y qué va a ser de ella. Pues claro que pobre mujer, y pobre saharauis que sin comerlo ni beberlo llevan más de seis lustros sufriendo un castigo y unas injusticias que hasta ahora han interesado muy poquito entre la opinión pública.