domingo, 10 de febrero de 2008
Un poco de respeto
Posted on 10.2.08 by Rafael Huete
Procuro ir una o dos veces por semana (porque no puedo más) al cine. Me gusta el cine, y me gusta verlo sentado en butacas cómodas, con un sonido alto y envolvente, y después escuchar lo que dice la gente de lo que le ha parecido lo que ha visto. Este fin de semana no ha sido menos, y he ido a ver No country for Old Men (en el próximo post hablo de ella, pero adelanto que me ha parecido muy buena). La sesión era la del domingo a las 22.00 horas. Siempre que voy al cine me gusta o la primera sesión, o la última de madrugada, porque es cuando hay menos niños gritones, adolescentes ruidosos y demás "cosas" humanas que enturbian el disfrute de un filme, pero en este caso la de las 22.00 era la última.
Pero hete aquí, que para ver esta película, la sala estaba a reventar (cabían unas 800 personas), y la mayoría eran (éramos) dúos, salvo algún grupo de universitarios. Normalmente las personas que pasan la veintena, se les considera gente madura, respetuosa y más o menos cordial. Pero he comprobado que no siempre es así. De por sí me irrita la antipatía de la mayoría de amargadas/os que cortan las entradas, o la bordería de los acomodadores, pero bueno, con hacerles poco caso y no saludarles, tienes suficiente. Lo que más me molesta, lo que no soporto, lo que más me jode, es la gente que come y bebe en el cine. Aguanto, como no podía ser de otra manera, las necesidades fisiológicas de la gente, como por ejemplo ir al servicio. Aguanto los ruidos naturales (toses, estornudos, etc). Pero no aguanto el oír mascar y sorber.
El cine es una obra de arte, y como tal merece ser respetada. Yo no conozco a nadie que vaya a un museo, esté delante de un cuadro de Velázquez comiendo Risketos y pistachos. Por eso me enerva la gente que se monta francachelas y comilonas en las salas. Puedo entender una botella de agua, por si te da sed, pero coño, es que este fin de semana he visto gente comiendo, no solo palomitas, sino nachos con dos salsas, patatas de colorines, pipas de calabaza y hasta yogures, ¡que son dos horas de películas, no dos días!. Por otra parte me disgusta muchísimo la gente que no se queda a ver los títulos de crédito, porque hay gente que ha trabajado muy duro para que tú hayas visto una película, y se merecen un poco de respeto. En fin que me gusta el cine, pero juro que no volveré a ir a una sesión de "máxima afluencia", iré a las de las 16.00 con los abuelos, o a las de las 01.20 de la mañana con borrachos, que esos por lo menos se quedan dormidos.
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1 Response to "Un poco de respeto"
Ahora recuerdo por qué dejé de ir contigo al cine :).
Besos
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