No quiero hacer en este post un debate acerca de si Cuba es o no una dictadura. Cada uno puede tener su opinión, y los partidarios de los Castro dirán que en Cuba hay plena libertad y los opositores criticarán la falta de Derechos Humanos en la Isla. Pero estando o no a favor de la política castrista, lo ocurrido en la pasada madrugada es inaceptable, y que alimenta los argumentos de aquellos que ven en Cuba un régimen totalitario. Pongámonos en situación. Tras 85 días en huelga de hambre, el preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo, ha fallecido ante la impasividad del gobierno cubano, que solo dio la orden de trasladar al preso al hospital cuando su estado era prácticamente irreversible. Y la gravedad del hecho se ve reflejada en varios aspectos. El gobierno no ha dicho nada. El periódico oficial de Cuba, el Granma, no hace mención al asunto. Aquí en España IU, que no es sospechosa de no apoyar al régimen cubano, ha condenado esta muerte. Es decir, nada ni nadie puede justificar lo ocurrido.
No voy a entrar en valoraciones políticas porque sería extenderme demasiado, pero solo puedo decir que me da pena. Me da pena que algo tan loable y maravilloso como fue un levantamiento en el año 59 contra el imperialismo americano, que contaba con figuras como el Che o Camilo Cienfuegos, que abría la esperanza de cambio y mejora para las clases más bajas, haya acabado así. Encarcelando a un albañil (sí, sí, Orlando Zapata era un albañil, que no pertenecía a ninguna asociación de opositores), a un trabajador, no a un político pro yankee o un conspirador. También da pena que un país con uno de los índices de alfabetización más altos del mundo, que cada año saca a 45 000 universitarios, que cuenta con una de las tasas más altas de esperanza de vida, se encuentre entre los países más pobres del mundo -sí, que el bloqueo americano también contribuyó a ello- pero como contribuye el que tengan dos monedas diferentes para nacionales y turistas, o que los cubanos tengan que sacarse sobresueldos porque la exigua cartilla de racionamiento no les sirve para llegar a fin de mes.
No quiero profundizar más porque me gustaría conocer de primera mano esa realidad antes de valorar otras cuestiones, por eso lo único que he hecho ha sido constatar una serie de datos reales, unos buenos y otros malos, y señalar la situación de una revolución que nació con un espíritu maravilloso. Pero más allá de ideologías, de que te guste Fidel o la disidencia cubana, de si en Cuba hay una dictadura totalitaria o un régimen de derechos comunista, lo cierto a día de hoy es que se deben evitar casos como el ocurrido anoche con Orlando Zapata Tamayo. Un ciudadano, un albañil, un trabajador cuyo único delito era no estar de acuerdo con la política del gobierno. Y una reflexión final. Aquí en España, en una democracia, un terrorista, con delitos de sangre de infausto recuerdo se puso en huelga de hambre y el Estado hizo todo lo posible para que no muriera. No murió y al poco salió a la calle. En Cuba, una persona solo por pensar diferente y expresarlo, sin haber matado a nadie, le han dejado morir en la cárcel. Esto no beneficia en nada a Cuba y a los cubanos de cara a la opinión internacional, y con esto han conseguido que la oposición tenga un nuevo mártir en Orlando Zapata.
PUNTUALIZACIÓN
Me gustaría hacer una matización a mi propio blog y corregir cierta frase. Me refiero a "Orlando Zapata Tamayo. Un ciudadano, un albañil, un trabajador cuyo único delito era no estar de acuerdo con la política del gobierno." Informaciones posteriores han demostrado que era un delincuente común, así que retiro lo de que su único delito era no estar de acuerdo con política cubana. Pero considero que esto no cambia la gravedad del caso, y para Amnistía Internacional era un preso de conciencia, y actualmente cumplía condena por asistir a unas manifestaciones. Por lo tanto repito, rectifico que pensar diferente fuera su único delito, en el resto me mantengo en mi postura.
No voy a entrar en valoraciones políticas porque sería extenderme demasiado, pero solo puedo decir que me da pena. Me da pena que algo tan loable y maravilloso como fue un levantamiento en el año 59 contra el imperialismo americano, que contaba con figuras como el Che o Camilo Cienfuegos, que abría la esperanza de cambio y mejora para las clases más bajas, haya acabado así. Encarcelando a un albañil (sí, sí, Orlando Zapata era un albañil, que no pertenecía a ninguna asociación de opositores), a un trabajador, no a un político pro yankee o un conspirador. También da pena que un país con uno de los índices de alfabetización más altos del mundo, que cada año saca a 45 000 universitarios, que cuenta con una de las tasas más altas de esperanza de vida, se encuentre entre los países más pobres del mundo -sí, que el bloqueo americano también contribuyó a ello- pero como contribuye el que tengan dos monedas diferentes para nacionales y turistas, o que los cubanos tengan que sacarse sobresueldos porque la exigua cartilla de racionamiento no les sirve para llegar a fin de mes.
No quiero profundizar más porque me gustaría conocer de primera mano esa realidad antes de valorar otras cuestiones, por eso lo único que he hecho ha sido constatar una serie de datos reales, unos buenos y otros malos, y señalar la situación de una revolución que nació con un espíritu maravilloso. Pero más allá de ideologías, de que te guste Fidel o la disidencia cubana, de si en Cuba hay una dictadura totalitaria o un régimen de derechos comunista, lo cierto a día de hoy es que se deben evitar casos como el ocurrido anoche con Orlando Zapata Tamayo. Un ciudadano, un albañil, un trabajador cuyo único delito era no estar de acuerdo con la política del gobierno. Y una reflexión final. Aquí en España, en una democracia, un terrorista, con delitos de sangre de infausto recuerdo se puso en huelga de hambre y el Estado hizo todo lo posible para que no muriera. No murió y al poco salió a la calle. En Cuba, una persona solo por pensar diferente y expresarlo, sin haber matado a nadie, le han dejado morir en la cárcel. Esto no beneficia en nada a Cuba y a los cubanos de cara a la opinión internacional, y con esto han conseguido que la oposición tenga un nuevo mártir en Orlando Zapata.
PUNTUALIZACIÓN
Me gustaría hacer una matización a mi propio blog y corregir cierta frase. Me refiero a "Orlando Zapata Tamayo. Un ciudadano, un albañil, un trabajador cuyo único delito era no estar de acuerdo con la política del gobierno." Informaciones posteriores han demostrado que era un delincuente común, así que retiro lo de que su único delito era no estar de acuerdo con política cubana. Pero considero que esto no cambia la gravedad del caso, y para Amnistía Internacional era un preso de conciencia, y actualmente cumplía condena por asistir a unas manifestaciones. Por lo tanto repito, rectifico que pensar diferente fuera su único delito, en el resto me mantengo en mi postura.