lunes, 20 de abril de 2009

Jake La Motta

Posted on 20.4.09 by Rafael Huete

Personaje: Jake La Motta.

Intérprete: Robert De Niro.

Película: Toro Salvaje.

Director: Martin Scorsese.

En el año 1980 aquella generación maravillosa e irrepetible de directores y actores que nació a finales de los 60 principios de los 70, entraba en un periodo de cierta decadencia. Arthur Penn no volvió a impresionar como lo hizo con Bonnie & Clyde. Mike Nichols no repetió ni provocó de igual manera que con El Graduado. Francis Ford Coppola era el rey tras rodar El Padrino y Apocalypse Now, pero lo que vendría después no se acercaba ni por asomo a esas dos joyas. Warrey Beatty ya no era el actor de moda. Denis Hopper estaba pasado de rosca. Peter Fonda era una sombra de lo que fue. Pakula se pensó que tenía todo hecho tras Todos los Hombres del Presidente. El histrionismo y sobreactuación de Jack Nicholson empezaba a cansar. De todo ese magnífico grupo que agonizaba, solo Al Pacino, Spielberg, y en especial De Niro y Scorsese, encararon la siguiente década con nuevos bríos, fuerza y sobre todo, realizando películas memorables.


Justo en el peor periodo de su vida, sumido en el mundo de las drogas, con muchos problemas conyugales y familiares. Cuando todo el mundo lo daba por perdido para el cine y solo quedaría el recordatorio de Malas Calles, Taxi Driver o The Band, Martin Scorsese resurgió de ese lodazal, y filmó su obra maestra, su particular ajuste de cuentas consigo mismo. Con una narración brillante, un montaje verdaderamente emocionante, unas secuencias y planos que sobrecogen, Toro Salvaje se erige como la película icono del perdedor autodestructivo. Jake La Motta es el mejor boxeador de los pesos medios, pero fuera del ring es un tipo abominable, agresivo, irascible, celoso, maltratador. En ciertos momentos, viendo la película, te alegras de que le pase algo malo, piensas que se merece lo que le ocurre. Pero conforme se acerca el final de la película y ves que el personaje no obtiene una redención, que no sale de esa maraña autodestructiva, que ya tampoco es un campeón en el cuadrilátero, sientes compasión y piedad por él.




Jake La Motta existió en verdad. La historia es real y lo que se cuenta ocurrió, por eso la actuación de De Niro cobra mucha relevancia. Y tanta relevancia cobró esa interpretación que está considerada como una de las mejores de la historia del cine. Con una fuerza, una contundencia, una violencia y una forma de actuar de manual en las "dos partes" de la película. Y digo dos partes, porque en una primera se ve el ascenso del púgil al estrellato y en la segunda su rotundo declive, ya no solo personal, sino profesional. Pero las dos tienen en común lo que ya antes reseñamos: su excesivo, para mal, carácter. Desde el momento en que pega una tremenda paliza a su hermano por unos celos injustificados, hasta el final, todo es un descenso hacia los infiernos emocionales de Jake. Los minutos finales de Toro Salvaje "abren las carnes". El supercampeón, que lo tuvo todo (éxito, fama, una mujer preciosa, dos hijos) se ha arruinado, ya no tiene su casino, lo meten en la cárcel por diversos delitos. Y el final patético de sus días, actuando como monologuista en clubs de sexta categoría, con la única compañía de una fulana. No puede haber peor final para una persona. Un auténtico final de perdedor absoluto.

1 Response to "Jake La Motta"

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