sábado, 13 de junio de 2009

Vete y no vuelvas Totó

Posted on 13.6.09 by Rafael Huete

Alfredo es un anciano, pero eso no impide que sea el mejor amigo de Totó, un apuesto joven italiano. Se conocen desde hace mucho tiempo, cuando Alfredo era el encargado de proyectar las películas en el único cine del pueblo y Totó era un travieso niño que soñaba con ser algún día Gary Cooper o James Stewart. Un accidente deja ciego a Alfredo, pero eso aumenta su capacidad para seguir viendo con el corazón. Ver que Totó puede ser alguien importante en el mundo del cine, pero que si se queda en ese pueblo, no podrá ser una estrella que brille con luz propia. Por eso le pide al muchacho que se vaya de esa villa, que huya y no vuelva más, que "no le quiere oír hablar más a él, sino que quiere oír hablar de él". He reconocido muchas veces que esta película, Cinema Paradiso, es de las que me tocan la fibra sensible porque es un ejercicio de "metacine" asombroso. Un prodigio de amor al séptimo arte, de cómo contar una vida a través de las películas, de como el cine consigue unir a dos generaciones tan separadas en el tiempo, en una historia preciosa y con un personaje, Alfredo, que es de los más entrañables y carismáticos de la historia del celuloide.

Me cuesta elegir una escena de la película, porque me gustan todas, desde la inicial hasta el final, pero me quedo con la despedida de Totó. La secuencia se inicia con un diálogo en el que Alfredo le plantea a Totó que si quiere hacerse una figura del cine, y conseguir su sueño, debe salir de ahí, mirar hacia delante y no volver, no dejarse llevar por la nostalgia, porque si vuelve, habrá fracasado. Acto seguido nos intercalan dos escenas: en una, el joven Totó reflexiona sobre las palabras de Alfredo en mitad de la oscuridad mientras la cámara, en un movimiento sensacional, nos acerca a él para sentir lo que él siente en ese momento. A continuación la imagen se funde con otra de Totó ya mayor, convertido en un importante y famosísimo director, recordando aquel momento, y dejando traslucir que si ha cumplido su sueño, es gracias a aquel hombre que conoció de niño. La secuencia acaba con el Totó de joven, en la estación, despidiéndose de su familia, pero donde solo vemos los abrazos mediante una sucesión de planos abruptos. Tras despedirse de Alfredo de manera emotiva, se monta en el tren, y asomado por la ventanilla, recorre con la mirada los paisajes y caras de la gente que nunca más va a volver a ver.



2 Response to "Vete y no vuelvas Totó"

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Jaime Says....

Cinema paradiso es una de mis 5 películas favoritas de todos los tiempos!!!
Le dedique una entrada en mi blog hace poco con su maravillosa música y en mi nueva novela le rindo homenaje.
Un abrazo y gracias por compartir esta pequeña crítica con nosotros.