sábado, 20 de junio de 2009

Un buen hombre

Posted on 20.6.09 by Rafael Huete

Muchas veces uno se plantea si verdaderamente el ser humano es una especie racional y que actúa en conciencia. Algunas actitudes del Hombre hacen pensar que somos el ser vivo más peligroso de la Tierra. Somos los únicos que no matamos para comer o como instinto de supervivencia, sino que lo hacemos por gusto. Somos una especie cainita, vengativa, violenta, prepotente y sin respeto por los demás seres. Nos creemos superiores porque desde pequeños nos dicen que nosotros tenemos moral, y que un perro o un pelícano son amorales porque no poseen la capacidad del raciocinio ético. Pero cuando vemos que el ser humano se embarca en algo tan estúpido como son las guerras, cuando vemos que fanáticos terroristas colocan bombas invocando no sé qué religión o no se cuál territorio, cuando vemos la hipocresía imperante en sectores extremistas y ultramontanos, cuando nos creemos en el derecho de invadir espacios que no son nuestros solo por el hecho de pensar que somos superiores a los de nuestra misma raza, cuando matamos a animales por el simple hecho de ir a cazar con el señorito de turno o cuando disfrutamos viendo cómo se mata a un pobre animal entre banderillas y espadas, da que pensar que somos desprecibles. Yo me pregunto, ¿qué pensará otro ser vivo de nosotros? ¿Cómo siendo tan mezquinos seguimos pensando que somos superiores a otras especies?

Pero por suerte para nosotros, en el mundo sí hay hombres buenos. Gente que dedica su vida a la filantropía, que se embarca en maravillosos proyectos humanitarios para ayudar a los que más lo necesitan. Vicente Ferrer es una de esas personas. Cuando llegó a la India en 1952 como misionero jesuíta, la situación de absoluta pobreza que había en Bombay (ahora Mumbay) le causó un gran impacto. Desde entonces decidió que el resto de su vida la tendría ocupada en ayudar a esas personas. En 1970 fue expulsado de la Orden, porque hay una cosa clara, si quieres ayudar a los demás de manera desinteresada, no puedes pertenecer a una congregación y a una religión donde solo importa enriquecerse y tener poder a costa de lo que sea. Pero este hombre, de las más absoluta Nada, construyó pozos, caminos, hospitales, colegios, casas... Y además con la oposición de muchos dirigentes indios que pretendieron echarlo del país, pero que no o consiguieron porque en ese momento Vicente Ferrer era alguien imprescindible para millones de indios. Y digo bien, millones de personas. Este señor no ayudó a una, ni a 10, ni a 100 ni a 1000, ayudó a millones de personas cuyo futuro era la más absoluta de las miserias, pero que gracias a su labor, encontraron un rayo de esperanza.

Y a pesar de su grandeza, era un tipo humilde. En ninguna de sus declaraciones presumía de sus logros, cuando otra gente, por mucho menos, están como locos por dar a conocer sus bobadas. Pero eso va con la personalidad de cada uno, y por eso él siempre decía que lo había abandonado todo para lanzarse al mundo con el corazón encendido. Pues ese corazón encendido se apagó el 18 de junio, pero por suerte miles de personas siguen colaborando con su Fundación para que el legado de Vicente Ferrer no se pierda. Y que los niños de Anantapur puedan seguir yendo al colegio, y los enfermos a hospitales, y pueda haber agua potable para beber y regar campos, y caminos para transitar. La religión hindú es politeísta y ven dioses en cualquier elemento de la naturaleza, pero más allá de eso, para los cientos y cientos de niños, y los cientos de miles de personas a los que ayudó, Vicente Ferrer es un auténtico Dios. Un santo de los de carne y hueso, y con motivos suficientes para considerarlo como tal. Descanse en Paz.

1 Response to "Un buen hombre"

.
gravatar
efectomariposa Says....

Bueno yo había oido de esete señor, sus proyecto y demás, pero en realidad, no sabía que había fallecido...bueno ains hoy me han despertado malas noticias...en fins, hay hombres que siempre serán recordados, este señor a lo largo de su extensa vida ha hecho mucho por los demás (admirable)...y nosotros, no somos capaces en ocasiones de hacer nada por los nuestros (los que tenemos cercanos), en fins...