Cuándo callarás Carod

(Extracto de una noticia de elmundo.es sobre un teletipo de Europa Press)

...En un apunte en su blog, Carod Rovira ha comentado el fin de los Juegos Olímpicos de Pekín y ha remarcado que deportistas nacidos, residentes o formados en Cataluña han conseguido hasta nueve medallas, la mitad de las obtenidas por España. Esta cifra colocaría a Cataluña por delante de estados vecinos como Portugal, Grecia, Dinamarca, Bélgica e Irlanda.
En consecuencia, en su opinión, "nadie puede decir que Cataluña no tiene suficiente nivel deportivo para participar en unos Juegos Olímpicos", pues se posicionaría entre los 25 primeros países del mundo en el medallero.

No diré nada del tipejo este de Carod, excepto una cosa, que es un mentiroso. Vamos a analizar si es verdad lo que dice, siguiendo su criterio de nacimiento, origen, formación y residencia actual.

Samuel Sánchez, medalla de oro de ciclismo en ruta: Asturiano.

Joan Llaneras, medalla de oro de ciclismo en pista por puntos: Balear.

Rafael Nadal, medalla de oro en tenis: Balear.

Antón Paz y Fernando Echávarri, medalla de oro en Vela, clase tornado: Gallego y cántabro.

Carlos Pérez y Saúl Craviotto, medalla de oro en piragüismo, K2-500 m.:Gallego y catalán.

Virginia Ruano y Anabel Medina, medalla de plata en tenis, dobles femenino: Madrileña y valenciana.

Gervasio Deferr, medalla de plata en gimnasia artística, suelo: Catalán, de padres argentinos y residente en Madrid.

Iker Martínez y Xabi Fernández, medalla de plata en vela, clase 49er. Los dos vascos.

Joan Llaneras y Toni Tauler, medalla de plata en ciclismo en pista en Madison. Los dos baleares.

Gemma Mengual y Andrea Fuentes, medalla de plata en natación sincronizada por dúos. Las dos catalanas y las dos entrenan en Cataluña.

David Cal, dos medallas de plata en piragüismo en K1-1000 m. y K1-500 m. Gallego.

Equipo de natación sincronizada, medalla de plata. Es por equipo, es decir hay chicas de todos los sitios.

Equipo de hockey hierba, medalla de plata. Es verdad que hay muchos catalanes, pero también jugadores hay de otras regiones.

Equipo de baloncesto, medalla de plata. Es por equipos y hay baloncestistas de todas las regiones de España.

José Luis Abajo, medalla de bronce en esgrima. Madrileño.

Leire Olaberría, medalla de bronce en ciclismo en pista por puntos. Vasca.

Equipo de balonmano, medalla de bronce. Jugadores de todas las regiones de España.

Es decir que en una hipotética y absurda separación por comunidades, como la que he hecho siguiendo los parámetros de Carod Rovira, Cataluña solo tendría la medalla de sincronizada por dúos, donde las dos personas son catalanas y entrenan en Cataluña. El resto son gente, que si son nacidos en Cataluña y trabajan allí, juegan por equipos, así que el éxito es colectivo. Sé que esto es entrar en el juego de Carod, que está claro que lo que pretende es provocar, pero los éxitos en los Juegos Olímpicos son de un país, en este caso España, y no de las comunidades autónomas de dicho Estado.

¿Ein?

A ver quien encuentra más incongruencias en menos tiempo.

Indecencia Olímpica

Escribo esto desde el dolor y la indignación. El dolor por la muerte de 153 personas en la terrible tragedia de Barajas, y el llanto de los familiares que tienen todo mi pésame. La indignación me llega desde Pekín. El Comité Olímpico Español (COE) solicitó al Comité Olímpico Internacional (COI) que la bandera española ondeara a media asta en la Villa Olímpica y que los deportistas de nuestro país llevaran un crespón negro en señal de duelo. El COI ha denegado las dos peticiones, y es ahí donde yo me pregunto dos cosas. ¿Quién cojones es el COI para decidir si la bandera de España, que no la del COI, la bandera de España repito, ondee a media asta o no? ¿Por qué narices ese organismo prohíbe que los atletas muestren sus sentimientos y sus condolencias a los familiares de las víctimas llevando un crespón negro?

El otro día alababa el espíritu olímpico y todos los valores que ello representa, pero lo que no puede ser es que los dirigentes del COI, que solo saben pasear de país en país viviendo a costa de dietas millonarias, que vive dentro de su burbuja, aislados de la realidad, obvíen algo tan grave como la muerte de 153 personas en un dramático accidente y que mantiene consternado a todo un país, pero que, como bien dice el campeonísimo Alberto Contador, también ha dolido a todo el mundo. Aún así, admirables las chicas que ha competido en marcha con su crespón, al igual que la saltadora Ruth Beitia. También nuestros regatistas Antón Paz y Fernando Echevarría, medalla de oro en el día de hoy, han recibido su presea con un brazalete negro. Ojalá todos los deportistas que les salga del corazón llevén su crespón y no hagan ni puto caso del COI, ese organismo que ha concedido unos JJ.OO a un país como China.

Tres galanes de cine

Humphrey Bogart, la contundencia.

"Si tuviese tiempo de pensar en ti... posiblemente te despreciaría".

"Es cierto que perteneces a Victor. Eres parte de su obra, eres su vida. Si ese avión despega y no estás con él lo lamentarás, tal vez no ahora, tal vez ni hoy ni mañana, pero más tarde, toda la vida. Siempre nos quedará París. No lo teníamos, lo habíamos perdido, hasta que viniste a Casablanca, pero lo recuperamos anoche. Nunca me dejarás, yo también tengo mi labor que hacer, y no puedes seguirme adonde voy, en lo que voy a hacer no puedes tomar parte... Yo no valgo mucho, pero es fácil comprender que los problemas de tres pequeños seres no cuentan nada en este loco mundo. Algún día lo comprenderás.... Ve con él, Ilsa."

Cary Grant, el cinismo.

“Las mujeres siempre me han dado miedo, pero lo domino”.

Cary Grant: Me voy a Las Bermudas unos días.

Doris Day: ¿Me estás pidiendo que me case contigo?

Cary Grant: No.

“Mi padre era un gran soltero. No se casó hasta que encontró a la chica adecuada”.

Clark Gable, la tosquedad.

"Querida, eres tan inmadura. Crees que al decir lo siento todo el pasado puede corregirse".

Vivien Leigh: Rhett, si te vas, ¿qué será de mí? ¿Qué haré sin tí?

Clark Gable: Francamente querida, me importa un bledo.

Es el Mejor

Los aficionados al deporte estamos estos días pendientes de todo lo que acontece en los Juegos Olímpicos de Pekín. Este evento, a nivel deportivo, es el más importante, tanto por la calidad de los participantes que se dan cita, como por los valores de esfuerzo, solidaridad y competición que representa el Movimiento Olímpico. Por todo ello al deportista que mejor encarne estos principios se le puede coronar como el mejor. Bien, pues sin ningún género de dudas, el Rey en Pekín tienen nombre propio: Michael Phelps.

El deporte en su conjunto se nutre de mitos y estrellas, de verdaderos campeones e ídolos que hacen que la gente disfrute con ellos, y ver como nada Phelps es un placer. Es un tipo que con 23 años acumula 16 medallas en dos Juegos, 14 de ellas de oro, y de esas 14, 8 en Pekín, superando así a otro mito del agua, Mark Spitz. Y es que el hábitat del "Tiburón de Baltimore" es el agua. Cuentan sus allegados que de pequeño era hiperactivo y un "patoso" corriendo, de ahí que su madre decidiera apuntarlo a natación. Ya en Atenas, con solo 19 años, consiguió seis medallas de oro, y desde ese momento sabía cual sería su próximo reto: superar las siete victorias olímpicas de Spitz en Munich. Y se puso manos a la obra.

En estos cuatro años ha tenido menos de 10 días de vacaciones, ingiere al día más de 12 000 calorías (una persona "terrenal" llega a las 2 000), entrena ocho horas al día y tiene una complexión física que le permite moverse como pez en el agua (perdón por el chiste fácil). Aún así en los mundiales de 2005 decepcionó un poco su actuación, lo que le llevó a redoblar esfuerzos para en agosto de 2008 convertirse en leyenda. En el más grande deportista de todos los tiempos. Puede sonar un poco grandilocuente esa afirmación, pero creo que así es.

Hasta ahora para mí el mejor era Carl Lewis, pero Phelps le ha superado. Bien es verdad que se puede decir que el atletismo es un deporte más especializado que la natación, donde una persona puede nadar 50 libres, 100 mariposa y 200 braza, mientras que en el atletismo, un velocista como mucho corre 100 y 200 metros. Aún así Carl Lewis también participaba en Longitud, y ganó medallas en cuatro JJ.OO diferentes, de ahí que a mi modo de ver fuera el mejor, pero es que Phelps, amén de las medallas, ha batido siete récords del mundo. Y solo tiene 23 años. El deporte tiene un nuevo Rey. Michael Phelps es el Mejor.

Retirada

“Un directo a la cara impresionante. Jerry “el expreso de Oklahoma” Brubaker se tambalea y tiene que agarrarse a las cuerdas. Su bajo estado de forma y diversos problemas familiares parecen que le han afectado. Sydney “Syd puño de oro” Hartmond se siente ganador. Sería su primera victoria contra el campeón del mundo. El público contiene la respiración. “El expreso de Oklahoma” va a caer. El mejor boxeador de la década tiene la mirada perdida porque un joven de New Orleáns le ha noqueado. Su entrenador arroja la toalla…”

-Mañana tienes examen, ¿no?.
-Sí papá, pero este combate no podía perdérmelo. Aunque estoy decepcionado, no me esperaba que perdiera Brubaker.
-Hay que saber retirarse a tiempo. Le dice el padre mientras lee una felicitación de su ex mujer por su 40 cumpleaños.

A continuación la rompe, la arruga y desde el sillón la tira a la papelera. Falla. El niño le mira sorprendido y Sonny “All Star del 88” Fieldman se encoge de hombros.

CORLEONE

"A eso se le llama agotamiento por estupidez"

Me acabo de enterar que ha muerto el premio Nobel Alexander Solzhenitsyn. Uno de mis libros favoritos y quizás uno de los que más me ha impresionado, lo escribió este señor. Su título, de sobra conocido: Archipiélago Gulag. Como pequeño recuerdo aquí escribo el fragmento que más me impactó:

"Veamos ahora una imagen usual en esos años. Se estaba celebrando en la región de Moscú una conferencia distrital del partido. La moderaba el nuevo secretario del Comité Regional en sustitución del que habían encarcelado recientemente. Al final de la conferencia se adoptó una resolución de fidelidad al camarada Stalin. Como es natural, todos se pusieron en pie (como se ponían en pie, de un salto, cada vez que se mencionaba su nombre en el curso de la conferencia). La pequeña sala prorrumpió en «tumultuosos aplausos que desembocaron en una ovación».b Tres minutos, cuatro minutos, cinco minutos, y continuaban siendo tumultuosos y desembocando en ovación. Pero las palmas de las manos dolían ya. Se entumecían los brazos levantados. Los hombres maduros iban quedándose sin aliento. Se trataba de una estupidez insoportable incluso para los que adoraban sinceramente a Stalin. Sin embargo: ¿Quién sería el primero que se atrevería a parar? Habría podido hacerlo el secretario del Comité Regional, que estaba en la tribuna y que acababa de dar lectura a la resolución. Pero él era reciente en el puesto y estaba en lugar del encarcelado, ¡él tenía miedo! ¡En la sala había miembros del NKVD aplaudiendo de pie y controlando quién paraba primero! ¡Y en aquella pequeña sala perdida, sin que llegaran al líder, los aplausos hacía seis minutos que duraban! ¡siete minutos! ¡ocho minutos! ¡Estaban perdidos! ¡Eran hombres muertos! ¡Ya no podían parar hasta que les diera un ataque al corazón! En el fondo de la sala, por lo menos, entre las apreturas, se podía hacer trampa, se podía batir palmas más espaciadamente, con menos fuerza, con menos vehemencia, ¡pero en la presidencia, a la vista de todo el mundo! El director de la fabrica de papel del lugar, un hombre fuerte e independiente, de pie en la presidencia, era consciente de la falsedad de aquella situación sin salida ¡y sin embargo aplaudía! ¡Ya van nueve minutos! ¡Diez! Miró con desesperanza al secretario del Comité Regional, pero éste no se atrevía a parar. ¡Una locura! ¡Colectiva! Mirándose unos a otros con un atisbo de esperanza, pero fingiendo éxtasis en sus caras, los jefes del distrito aplaudirían hasta caer en redondo, ¡hasta que los sacaran en camilla! ¡E incluso entonces, los que quedaran no vacilarían! Y en el minuto once, el director de la fabrica de papel adoptó un aire diligente y se dejó caer en su asiento de la presidencia. ¡Y se produjo el milagro!, ¿adonde había ido a parar aquel entusiasmo incontenible e inenarrable? Todos dejaron de aplaudir de una sola palmada y se sentaron. ¡Estaban salvados! ¡La ardilla se las había ingeniado para salir de la rueda!. ¡Estaban salvados! ¡La ardilla se las había ingeniado para salir de la rueda! Sin embargo, así es como se ponen en evidencia los hombres independientes. De esta manera los eliminan. Aquella misma noche el director de la fabrica fue arrestado. Le cargaron fácilmente diez años por otro motivo. Pero después de firmar el «206» (el acta final del sumario), el juez de instrucción le recordó: —¡Y nunca sea el primero en dejar de aplaudir! (¿Y qué le vas a hacer? ¡Alguna vez hay que detenerse!) Esta es la selección de Darwin. A eso se le llama agotamiento por estupidez".

Sir Edmund Hillary

Sir Edmund Hillary es todo un ejemplo de que algunos sueños se hacen realidad. Alpinista, explorador y filántropo, pero sobre todo soñador y aventurero. Cuando era un niño, su carácter reservado le hizo interesarse por el mundo de los libros y la aventura. En los años 30, este apicultor y piloto de aviones de guerra neozelandés lee la historia de George Mallory, y queda fascinado por ella. Mallory encabezó a principios de los años 20 tres expediciones al Everest, pero en el tercer intento de escalada a la cima del mundo, desapareció (su cuerpo fue hallado en 1999 a 8100 mentros de altitud).

En 1951, Hillary formó parte de una expedición con el objetivo de llegar a la cima, pero fracasa y solo pueden escalar 6500 metros. Pertinaz en su meta de hacer cumbre, dos años más tarde se integra en una expedición británica con el mismo objetivo de ver el mundo a 8848 metros de altitud. El grupo estaba encabezado por el coronel John Hunt y la ascensión estaba patrocinada por la Royal Geographic Society. El campamento base lo instalaron a 3000 metros de altitud. Pero había un problema. En 1953 el Tíbet estaba invadido por China, por lo que encarar la ascensión por la vertiente tibetana era imposible, así que tuvieron que abrir una vía desde el lado nepalí.

Tras varias semanas de aclimatación y de duro entrenamiento, instalan el II campamento a 5450 metros de altura, a lo pies del glaciar Khundur. Desde ahí excavaron pasos y escalones para poder montar campamentos de porteadores hasta una altitud de 7340 metros. Dicho así todo resulta aparentemente fácil, pero esta tarea se puede calificar de épica teniendo en cuenta el material del que disponían, la dificultad del terreno y la altura a la que estaban. A 7800 metros se montó el VIII y último campamento, desde donde iniciarían la acometida a la cima por la vertiente sur de la montaña, la vía más difícil debido a los fuertes vientos gélidos.

El 26 de mayo de 1953, el jefe de expedición manda a dos hombres para coronar la cumbre: Charles Evans y Tom Bourdillon, pero a 100 metros de la cima, tienen que dar media vuelta porque estaban exhaustos y les faltaba el oxígeno. Dos días después, el 28, John Hunt decide que el sherpa Tenzing y Hillary intenten la ascensión de la "Frente del Cielo". Para que no les ocurriera lo mismo que a sus anteriores compañeros, montan un pequeño campamento para pasar la noche, y así poder descansar y coronar al día siguiente. Cuando retomaron el camino, vieron que lo que les esperaba era lo más difícil, el mismo lugar donde murió Mallory. De hecho Hillary intentó ver las huellas de su antecesor, pero lógicamente era muy difícil que 20 años después etuvieran allí.

El terreno era resbaladizo, hóstil y ofrecía poca adherencia para continuar con seguridad. Aún así, gracias a su destreza y habilidad, alcanzaron la cima sur a las 9.00 de la mañana. Ahora solo les quedaba llegar a la cumbre y entrar en la historia. Eran unos pocos metros, pero las dificultades aumentaban por momentos. Desde donde estaban hasta su objetivo lo que había era un terreno laberíntico de rocas y hielo, con precipios de hasta 3000 metros. Con fuerza y determinación, a las 11.30 de la mañana, Tenzing y Edmund Hillary tocaron el techo del mundo, alcanzaron la gloria, desafiaron a las nubes que tenían debajo, abrazaron el cielo y rompieron una nueva barrera natural para el ser humano. Tras coronar exhaustos, los dos alpinistas descendieron de nuevo a la Tierra.

Ese mismo día fue coronada Reina de Inglaterra Isabel II, que nombró Caballero del Imperio Británico a Edmund Hillary. A Sir Edmund Hillary. En la celebración del 50 aniversario de la gesta, en Nepal también se hicieron festejos en honor a Hillary, la primera vez que una persona no nepalí era tratada de esa forma. Su relación con el país himalayo no acabó ahí. Hillary creó una fundación de ayuda al pueblo Sherpa para la construcción de hospitales y colegios en todo el país. Pero no todo fue bueno para Hillary en el Himalaya. En 1975, el avión en el que viajaban su mujer y su hija se estrelló en Katmandú, Nepal, y las dos murieron. Se casó de nuevo, y su segundo hijo, Peter Hillary, siguiendo la estela de su padre ha coronado dos veces el Everest.

El pequeño Edmund soñaba con ser un aventurero y "vengar" a Mallory. Sir Edmund Hillary tocó el cielo y cumplió su sueño. El 11 de enero de 2008, el primer hombre en escalar la "madre del Universo" falleció a causa de un infarto a la edad de 88 años.