miércoles, 28 de abril de 2010

¿Prioridades?

Vamos con otro post sobre quejas por generalizaciones, así que partamos de lo siguiente: Políticamente me considero una persona de izquierdas, socialista para más señas. Dejando claro que socialista no es igual a PSOE. Rechazo y repudio cualquier tipo de dictadura y cualquier manifestación de violencia que se ejerza desde el poder contra el pueblo. Odio las imposiciones totalitarias que no permiten la libertad de expresión o que coartan cualquier derecho fundamental de los ciudadanos. Por lo tanto, rechazo y repudio el franquismo, aunque yo no lo viviera, ni ganas. Creo en la justicia y creo que la justicia es la base fundamental de cualquier estado de derecho como en este caso es el nuestro. Me preocupa la justicia y su situación y los casos que debe juzgar que afectan a una mayoría. Me parece de justicia (y perdón por tanta redundancia) que las víctimas de un régimen dictatorial sean resarcidas y que el Estado sufrague todos los gastos derivados de exhumaciones de fosas comunes. Nada de esto me parece revisionismo ni romper nada de una Transición que, 30 años después, deja ver más grietas de las que parecen.
Bien, pues en un país en el que andamos con una crisis económica de la leche, con un 20% de paro, con más de un 13% de déficit, con crecimientos negativos del PIB y que no llegarán ni al 1% a final de año. Con unos bancos a cual más caradura y sinvergüenza, que no dan créditos a los ciudadanos que a través del Estado han pagado sus deudas y que encima sufragan fondos (el famoso FROB) para que justamente den esos créditos que no aparecen por ningún sitio. Porque claro, el dinero del Estado, por más que lo piensen los bancos, no es que no sea de nadie, es que es de todos, de todos los contribuyentes a los que encima nos subirán los impuestos como el IVA o que nos retienen en nómina el 18%, pero claro, los señores banqueros de eso ni se enteran. En un país donde una panda de chorizos auspiciada por el PP trincan todo lo que pueden y más de unos ayuntamientos, en su mayoría, más propios de "Chicago años 20" que de una supuesta democracia. En un país donde una niña no puede ir a un instituto porque lleva un pañuelo islámico, donde los dos grandes partidos son incapaces de llegar a un pacto por la educación y donde la violencia de género es una lacra.
Pues con todo lo que tiene ese país encima, que pongamos que se llama España ¿qué cojones me importa que un juez, con más sombras que luces, sea o no juzgado? ¿Acaso si me importa menos que la reproducción de las almejas salvajes, soy menos progresista, soy menos antifranquista, soy un radical conservador, apoyo a un "tribunal corrupto o franquista"? ¿De verdad la tarea de los sindicatos es ir a apoyar al juez Garzón y no ponerle las astas calientes al gobierno con el problema del paro? ¿Debe una Universidad dejar que un ex fiscal (que lo fue en tiempos de Franco) cargue contra una institución del Estado para defender a un juez? ¿Los partidos políticos hacen bien en enzarzarse en este asunto en lugar de solucionar el problema de nuestra educación, más cercana a la media de Uzbekistán que a la de un país serio? ¿Realmente los políticos representan a los ciudadanos o se representan así mismos y sus intereses? Si yo fuera Gurb (el personaje del libro de Eduardo Mendoza) y aterrizara ahora mismo en España, en el año 2010, no tardaba ni dos días en volverme a mi planeta, por más que intentara convencerme que no lo hiciera Marta Sánchez.

lunes, 19 de abril de 2010

Generación Sí-Sí

En unos días cumpliré 23 años. He estudiado una carrera conjunta (Periodismo y Comunicación Audiovisual) y ahora estoy en otra como es Historia del Arte. Y en el futuro me gustaría seguir estudiando más cosas. Vivo con mis padres, pero mi intención es que antes del verano ya me haya independizado, siempre que los bancos empiecen a devolver a los ciudadanos la pasta que el gobierno les ha dado. Trabajo desde los 16 años en diferentes cosillas y a los 19 tuve la oportunidad de entrar a trabajar en la que actualmente es la mayor productora audiovisual de España. Desde los 22 años soy redactor jefe en un departamento de dicha productora. Tengo una novia a la que quiero con locura y con la que espero estar el resto de mi vida formando y trazando planes de futuro. Me encanta leer todo lo que llega a mis manos. El cine es mi pasión y con lo que más disfruto en mi tiempo libre. Una de mis mayores aficiones es viajar y conocer nuevos sitios. Además soy un gran curioso de todo lo que tiene que ver con los avances científicos y médicos. Y quien lea este post se preguntará ¿y a mi qué me cuentas?
Todo esto viene a que empiezo a estar hasta las naricillas de las constantes referencias que se hacen a la "Generación Ni-Ni". Está claro que hoy en día por diversas circunstancias coyunturales, los jóvenes lo tienen difícil para encontrar un empleo y poder formarse con garantías. Luego también los hay que todo eso les importa tres puñetas y no tienen intenciones de hacer nada con sus vidas. Sus únicos planes son vivir con sus padres, de las rentas y no pegando palo al agua. Para más Iesus Nazarenus Rex Iodorum, se ha estado emitiendo en televisión un "reality show" de esos infectos, donde un grupo de "ni-nis", (gi-lis, los llamaría yo) se metía en una casa típicamente granhermaniana y mostraban a los españoles sus perezosos y deleznables comportamientos (agresión sexual a una chica incluida). Y de ahí, vamos a la generalización. De un grupo de pusilánimes vividores, pasamos a que, a ojos de los mayores de 34 años, todos los jóvenes son iguales, con unas expectativas de futuro nefastas y con la coletilla "estos son los que en el futuro pagarán mi pensión y tendrán que levantar el país". Pues bien, yo hoy, como oía el otro día en algún sitio, quiero reivindicar a la Generación Sí-Sí. Los que sí quieren estudiar, los que sí quieren trabajar y los que sí tienen planes de futuro más allá de una vida acomadada con sus padres.

viernes, 9 de abril de 2010

Mariano Zelig

Todo el mundo recordará el personaje creado por Woody Allen en su película Zelig. El susodicho tenía la capacidad innata de camuflarse dependiendo del lugar en el que estuviera. Así podría ser un cantante de jazz en Nueva Orleans o un Kaiser en la Alemania de principios de siglo. Bien, en España tenemos algo parecido. Responde al nombre de Mariano Rajoy. Este hombre, más que camuflarse con el ambiente, deja que el ambiente le arrastre a lugares que él jamás se atreve a explorar. Digamos que es un maestro de la inercia. Pero hoy nos ocupa su lado más expresivo. Su increíble lenguaje corporal, gestual y sobre todo facial. En este post veremos diferentes expresiones del Presidente del PP a diversas situaciones.


En el primer caso, tenemos a Rajoy haciendo gestitos a Soraya Sáenz de Santamaría en el Parlamento. Gestos algo subidos de tono.
A continuación veremos una de las imágenes que mandó a una agencia de modelos para ser el nuevo chico Martini. Después quiso llegar al mundo del cine y del teatro intentando representar a Calígula.

Rajoy es un hombre sin tapujos, y una vez quiso dejar bien claro cómo era el tamaño de su miembro en erección. (¡Cáspita con Mariano!)

Visto que el porno no iba a ser lo suyo, decidió ser un muñeco de José Luis Moreno.

Pero cuando verdaderamente Rajoy supo ser alguien expresivo es cuando vio en pelotas a Cristina López Schlinfis... Slischs...Jalifsfch.... Chiflis....Filisch.... bueno cuando vio en pelotas a Cristina López.

martes, 6 de abril de 2010

Volvemos

Después de unas semanas de problemas informáticos, cuestiones personales y laborales, vacaciones y viajes a diferentes partes, a partir de mañana vuelvo a escribir los habituales posts. Que ya era hora, vamos.