miércoles, 30 de septiembre de 2009

Tengo una corazonadita

Estos días solo se habla de la elección de la sede para los JJ.OO. de 2016 (por favor que nadie diga Olimpiada ni Olimpiadas porque no es lo mismo). Salvo Gallardón que lo da por seguro, el resto de mortales con mayor o menor cantidad de pelos en las cejas creemos que la cosa está negra azabache para que Madrid sea elegida. Los hay más o menos optimistas, los que desean los Juegos y los que esperan que no nos los den para que nuestro peculiar alcalde no abra más zanjas en esta época tan jodida para la economía. Yo me incluyo entre los que tienen una corazonadita. Espero y deseo que mi ciudad (sí, me siento madrileño) celebre un evento de estas características. Pero es que hay pocos motivos que inviten a pensar que será así. Aunque también los hay para ser positivo.

Los que piensan que no nos concederán los JJ.OO. por lo de la rotación de continentes, pues no llevan razón. Esa no es una norma escrita, aunque sí tácita, pero por esa regla de tres, EE.UU. los celebró en dos ocasiones en menos de doce años. Por otro lado, en 2014 Brasil celebra un Mundial de fútbol, por lo que parecería poco probable que en dos años un país con el mayor índice de inseguridad de los candidatos celebrara los dos acontecimientos deportivos más importantes. También está Tokio que si seguimos con normas no escritas tampoco los podría celebrar porque en 2008 fue en China y sería demasiado seguido darle otros JJ.OO. a Asia. Y de Chicago diremos algo malo como que... pues... no sé, que la gente pasa de estas cosas allí y en verano llueve mucho por esa zona. Anda, pues mi corazonadita va creciendo.

Por otro lado, handicaps fuera, Rio de Janeiro cuenta con la ventaja de que nunca se han celebrado en Sudamérica, que es un país emergente, con una economía sólida en estos tiempos tan chungos, con un Presidente que tiene gran predicación en el mundo como es Lula y que allí en verano pues se está de muerte. De Tokio es difícil destacar algo positivo, más allá de que tiene uno de los mayores índices de suicidio del mundo (¿?) y que comen pescado crudo con nombre de niña pequeña. Chicago tiene que es la ciudad de Al Capone, que allí jugaba un tal Michael Jordan, que es la capital de Illinois, que su senador ahora es Presidente de EE.UU., que hace mucho viento y que es la ciudad paradigma de los nuevos conceptos de arquitectura. Mi corazonadita crece algo más.

Pero tampoco vamos a engañarnos. El COI es un grupo de carcamales, que están de vuelta de todo, que se les hace el culo "pesicola" por darle la mano a Obama y que les importa un pito los dossieres de cada ciudad. Esta gente se mueve por intereses, no por proyectos. Y entre dar la mano al amigo Obama o al compañero Zapatero, lo tienen claro. Y si al miembro de Comité Olímipico de Burkina Fasso le llega Barack, le pega un abrazo, le sonríe con esos dientes tan blancos, pues el colega africano ya sabe qué votar. Pero no solo el de Burkina Fasso, me juego lo que sea a que cuando Gallardón vea a Obama, seguro que pone su sonrisa gilipollesca y va corriendo a darle la mano. Aunque Alberto tiene mucha labia, así que seguro que convence a mucha gente y se puede ofrecer a diseñar planes de obras en el Tercer Mundo. Mi corazonadita está llegando a su punto máximo.

Por otra parte, si confiamos en estos ciento y pico miembros, normalmente no votan a la ciudad que tiene todo acabado (como se suele pensar) Votan por afinidad y por el trato humano que tiene esa ciudad, y ahí sí que somos los mejores. No hay nadie más salao, más majo, más amable, más campechano que nuestro Rey. Con su proverbial labia seguro que hacemos muchos amigos entre esa gente, y además él fue olímpico en el 72, como el Presidente del COI, y eso une muchísimo vamos. Otro punto a favor es que Zapatero no sabe idiomas, así que no hablará con nadie y no meterá la pata. Y para más Iesus Nazarenus Rex Iodorum, acaba de salir un teletipo que dice que las delegaciones de Rio y Chicago se han enzarzado en una pelea. Estupendo, si a esto añadimos que según fuentes olímpicas se ha visto en Copenhague a japoneses comunicándose mediante irrintzis e intentando robar un pecho a la sirena danesa, puedo afirmar al final de este post que Tengo una Corazonada.

martes, 29 de septiembre de 2009

Manuel Pellegrini


¿El entrenador del Real Madrid, Enrique Villén, el payaso de "It" o un psychokiller de la América profunda?.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Dando ejemplo


Aunque el parezca el examen de un chaval de 4º de la ESO, es un documento oficial, redactado por el PNV y EB. "Aprovar", "entormo", "hinundaciones". Sobra cualquier tipo de comentario.

martes, 22 de septiembre de 2009

Despedida veraniega

22 de septiembre. Se va el verano, aunque para algunos hace tiempo que se nos fue, y para otros ni siquiera llegó. Adiós al calor estival, el fresco de la montaña o la tranquilidad de la ciudad. Adiós a las tardes infinitas de julio, al crepúsculo anaranjado de agosto y el aire mañanero de septiembre. Adiós a los atascos de las "operaciones salida" y a las aventuras automovilísticas por la península. Adiós a la arena pegada en los pies mojados, al humo de los espetos y a la copa en chiringuito. Adiós a la manga corta, el pantalón pirata y las chanclas de tira única. Adiós al "papá, cuánto falta", "mamá, Nico no me deja" o "niño no te metas por lo hondo". Adiós al hotel de tres estrellas a pie de playa, la casa rural en las faldas de un monte o al albergue en mitad de un pinar. Adiós a la chica italiana que besaste un 12 de agosto, al chico alemán con el que te agarraste de la mano por aquel paseo marítimo y a los amigos de fuera con los que compartiste una semana inolvidable. El otoño ya está aquí. Y da una pereza terrorífica pensar en este "embarazo" de nueve meses hasta que llegue de nuevo junio. Finales de septiembre, epifanía de un nuevo curso escolar, laboral, ¿vital?, en cualquier caso una espera terrible. A llevarlo como se pueda e intentar plantearse algún objetivo a modo de placebo para que pase cuanto antes estos meses y llegue otra vez el verano.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Breve opinión. La soledad de los números primos

No es una obra maestra. No se convertirá en clásico. Es más, dudo que de aquí a unos tres años alguien se acuerde de este libro. Probablemente su autor no superará con sus posteriores textos a su "opera prima". El título es resultón y eso a mí me atrae, pero no basta para calificar a esta novela como la cima del género narrativo contemporáneo. Añado, el libro no aguanta una segunda lectura. Quizás peca de utilizar muchos lugares comunes. El escritor, imagino que fruto de su juventud (26 años) incurre en demasiadas repeticiones estilísticas. También abunda en demasiados tópicos y recursos para dar un efectismo que en determinados momentos se pierde por su manido uso. Y a pesar de todo y tras leerlo, puedo decir que es uno de los libros que más me ha llegado en los últimos tiempos.
La explicación a esto puede ser sencilla: lo leí en el momento propicio para que semejante historia me removiera por dentro. La trama en sí tampoco es demasiado compleja. La imposibilidad del amor entre dos jóvenes marcados por un cierto "vitalismo orteguiano", donde las circunstancias, sus experiencias vitales y dos "taras" que les marcan de por vida. Pero aunque el momento fuera propicio, tampoco entiendo por qué la historia de dos seres casi patéticos, bastante simplones en sus formas de actuar (especialmente él) con una dejadez e impasividad ante la vida que parece impropia de un chico joven por muy "rarito" que sea, me ha provocado ese terremoto de sentimientos y pensamientos. O bueno, dicho así, puede que la explicación sea más sencilla de lo que pensaba. A saber.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Cuéntame algo de ti

Hola me llamo Miguel, tengo 25 años y soy de Albacete, trabajo de tornero fresador con un horario de 8 de la mañana a 6 de tarde, descanso los fines de semana. Me gusta leer cómics de El Halcón Maltés, ir al cine, pasear, salir de fiesta y la música House, aunque no le hago ascos a nada, también me gusta el flamenkito (jaja). Solo he tenido una relación en mi vida, duró dos años hasta que ella se cansó de mí, no se por qué. La quería de verdad, pero mira, imagino que todo tiene que acabar alguna vez. Ahora vivo solo pero me apetece estar con alguien. Llevo ocho meses sin sexo y eso me mata ¿sabes? Por lo demás soy un tipo corriente. Mido 1,80, peso 87 kilos, me gusta el deporte, tengo el pelo negro, ojos marrones y a veces llevo lentillas y otras gafas. No sé qué más contarte... Me gusta cocinar y voy al supermercado dos veces por semana. Sobre todo compro cosas lácteas. Me encantan los yogures. Compro mucho de esos Activia, porque me cuesta salir fuera y como tienen fibra pues voy bien al baño. A ver tampoco soy estreñido, pero me cuesta. Cuando era chico dice mi tía que dejaba los pañales como un cuadro de Rembrandt. Yo quería mucho a mi tía porque ella fue la que nos crió prácticamente. Tengo bonitos recuerdos de mi infancia. Mira por ejemplo, un día estábamos....

Ante tal flujo de información, morena_26 decidió que dejaría de buscar el amor de su vida en un chat.

martes, 8 de septiembre de 2009

Te como el caballo y me cuento diez


"El fútbol es como el ajedrez pero sin dados". Lukas Podolski, futbolista alemán, internacional con su país y desde ahora creador de un nuevo juego de mesa. Creo que estas felícisimas declaraciones son de hace un tiempo, pero yo las ví el otro día. Luego los futbolistas se quejarán de que los tomamos por tontos o se pensarán que sus declaraciones nos importan algo, pero con semejantes perlitas poco más se puede añadir... Bueno sí, -he sacado seis-... ale Lukas majo, jaque mate.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Grupo Salvaje

Tras tres semanas de vacaciones volvemos a las andadas blogueras. No tenía muy claro de qué escribir en esta "rentrée", pero el otro día hablaba con una persona de música negra y en un momento determinado salió el nombre de Nat King Cole. Y normalmente cuando hablo de este hombre, siempre cito su canción "La Golondrina" y la escena de la película Grupo Salvaje en la que aparece. Quien más o menos me conoce sabe que adoro esta cinta de Peckinpah. La armagura que desprende es brutal, porque desde el inicio, viendo el rostro de esos viejos vaqueros, sabemos que su fin ha llegado, que el tiempo y el mundo ha cambiado y ellos no van a formar parte de él. La película es un canto a la amistad, al luchar juntos a pesar de las dificultades. En ese aspecto Sam Peckinpah es un maestro y Grupo Salvaje es el western crepuscular por excelencia, y basta ver un buen puñado de sus escenas para comprender y dejarse llevar por su lirismo arrebatador.

A esta película siempre se la tachó de ultraviolenta (se llegó a decir que era la película más violenta que el hombre jamás podría filmar) No seré yo quien discuta esto, pero qué otra cosa podían hacer esos "outlaws" que ven como el paso del tiempo los engulle y no les queda otra que intentar salvar su pellejo a toda costa. O la escena inicial donde esos niños rodeados de pistoleros, armas y sangre, cogen dos alacranes y los meten en un hoyo con miles de hormigas rojas y luego les prenden fuego. Pero más allá de todo eso, lo que Peckinpah nos quiere hacer ver es que para estos hombres desarraigados, la violencia no es un medio para conseguir algo, sino que a esa altura de sus vidas, la violencia es el fin en sí mismo.

A mi modo de ver, esta es la cinta que mejor define lo que era el cine de Peckinpah: tiroteos a cámara lenta, mucha sangre y muertes por todas partes. Un tipo de cine que luego influiría de manera notable en directores como Tarantino. Hoy nadie puede discutir que esta película sirvió para redimir el western en un época donde este género ya entraba en las últimas, en especial con esa visión mas "humanizada" de ese grupo de criminales y el papel de los niños en la película. Además, hay una cosa clarísima: para mí, esta es una de las mejores películas de la historia ya que sentó las bases de cómo se iban a reflejar a partir de entonces los contrasentidos de la muerte, la violencia y la destrucción en el cine.

Volviendo a la escena que quería comentar de esta película en la que aparece la canción de Nat King Cole, he de decir que la considero como una de las más bonitas del filme. El grupo de forajidos llega a un pequeño pueblo que ha sido saqueado por el ejército del general Mapache. Los aldeanos les piden ayuda para que hagan justicia, aún sabiendo que es prácticamente imposible que consigan nada. Por eso, cuando se despiden de los habitantes de la villa, viendo sus caras, somos conscientes, como lo son ellos, de que probablemente jamás volverán. Y mientras eso sucede, con una fotografía y una puesta en escena verdaderamente poéticas, suena de fondo La Golondrina a modo de réquiem en honor de esa gente que luchará por ese pueblo y que a la vez deberán luchar por su propia supervivencia en un oeste que ya no es lo que era.