Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color...
Y es que así, el mundo de la cultura no está como antes, le falta algo, siente un vacío que no sabe si podrá llenar. Incluso al nuevo ministro de Cultura le ha pillado de sopetón la noticia y no para de mesarse los cabellos pensando qué puede hacer. Los músicos y productores de cine están alteradísimos, preocupadísimos, no saben cómo encajar este duro golpe que ha sobresaltado a todos. Pero no solo el mundo de la cultura está mal. Los usuarios también lo estamos, se nos ha ido una persona importante, que no solo velaba por sus intereses económicos y los de su grupito de amigos, sino que era tan dadivoso y generoso, que también velaba para que nosotros tuviéramos música y cine de calidad original.
Imagino que ya sabéis quién es porque su sola personalidad, su lucha contra los poderosos peces gordos y tiburones de la industria audiovisual, su fortaleza mental para aguantar críticas de todos los sectores y seguir trabajando como si nada. Su espíritu rebelde e inconformista, su defensa de los pobres y honrados ciudadanos, erigiéndose como un paladín, un adalid de la justicia y la honestidad, le hacen ser inconfundible. A él le debemos muchas cosas. Le debemos los canon en los cd´s vírgenes, le debemos que sea nuestro pepito grillo particular que nos recomienda que no compremos discos piratas, ni los bajemos de internet, sino que nos gastemos 20 eurazos en compact discs que traen ocho canciones, donde solo hay una buena, y encima como extras solo venga un videoclip absurdo.
Le debemos frases como esta, que ayudan a la gente a sentirse bien por ayudar a un colectivo tan "desfavorecido" como son los músicos: "Cuando entramos, la SGAE recaudaba poco y mal. Hoy recauda mucho y bien". Me siento alegre de haber contribuido a que la SGAE ahora recaude mucho y bien, y todos deberíamos estarlo porque todos hemos contribuido a que esa asociación tenga buenos beneficios, si señor, ya no estoy triste, después de esta declaración estoy contento. Ramoncín se va, pero deja a una SGAE saneada y con mucho dinero recaudado, que felicidad, cuando supe esa noticia estallé de júbilo y todavía soy incapaz de andar sin dar saltos de alegría. Ramoncín nos deja, pero su legado será eterno. Bon voyage majete.
(Leáse todo el post con la mayor carga de ironía posible)